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miércoles, 27 de octubre de 2010

Señor juez, a mi defensa puedo decir...

.... Que el Periodismo vive.

Y seguirá viviendo por mucho tiempo más. Estoy segura que los más fatalistas se preguntan ¿Por qué? Si la información todos la publican, la comunicación se desarrolla en la web, y los periódicos van a desaparecer, y no hay formas viables de monetizar la información.... etc... etc...etc.

Dejando de lado esos panoramas apocalípticos dónde los periodistas somos un ítem de museo, atrevámonos a ser positivos, si la comunicación no muere (dado que es muy poco probable que logremos vivir sin comunicarnos) el Periodista (experto en el arte de comunicar) tampoco puede morir.

Los comunicadores transmitimos información para que nuestro público la entienda, jamás nos quedaremos sin público mientras existan humanos, y por consecuente, jamás nos quedaremos sin materia prima para ejercer nuestra profesión.

Para continuar con la defensa de mi querida profesión, debo poner un ejemplo simple y sencillo que les permitirá apreciar la importancia del verdadero trabajo periodístico.

Leyendo el blog del columnista Howard Kurtz, del periódico Washington Post, encontré un artículo sobre el último escándalo sexual de un jugador veterano de la NFL de Estados Unidos. El dichoso escándalo fue publicado en un website de "periodismo" deportivo llamado Deadspin.

Este medio (nativo de Internet), famoso por destapar el escándalo de Tiger Woods y sus múltiples amantes, se continuó con su "respetable" línea editorial y se publicó el rumor en el cual figuraba el famoso quarterback de los Jets de Nueva York, Brett Favre. El medio alegaba que una mujer llamada Jenn Sterger fue seducida por Favre, quién le mandaba mensajes de texto comprometedores, e incluso fotografías de su miembro.

Ahora, de acuerdo a Kurtz en su artículo, la noticia que destapó Deadspin no es más que un rumor, ya que cuando la noticia fue tomada en cuenta por los medios más importantes del país, se descubrió que probablemente la persona a cargo del escándalo no era Favre, si no alguien que se hacía pasar por él.

Ahora ¿Qué tiene que ver esto con el ejercicio del Periodismo y su vigencia? TODO.


"De sus juicios discrecionales penden reputaciones y carreras, sentencias de cárcel y precios de mercaderías, espectáculos de Broadway y suministros de agua. Ustedes son el mecanismo de la recompensa y el castigo, los árbitros de lo justo y de lo injusto, el ojo incansable del juicio cotidiano. Ya no moldean, simplemente, la opinión pública, sino que la han suplantado." Kurt Luedtke, Detroit Free Press. (Extraído del artículo "El Buen Periodismo" de José Antonio Zarzalejos)


Este pequeño escándalo, que pudo haberse traído abajo la reputación de Favre como jugador de la NFL (al igual que la de Tiger Woods), es una muestra de los rumbos que toma la comunicación cuando no hay un profesional que verifique los hechos, cuando no existe una mente inquisitiva que busque la verdad, y cuando más bien sobra la necesidad de chismear sobre información sin fuentes, sin mayor contenido, y es construida con el fin de alimentar el morbo popular.

El Internet y la facilidad de comunicarse a través de el uso de correo, blogs, website sociales, etc. ¡Es una bendición! Pero cuidado, que es un arma de doble filo. Es necesario replantearnos este "boom" comunicacional, sacarnos el polvo de los ojos y darnos cuenta que la comunicación sin la búsqueda exhaustiva de la verdad no puede ser.

Aparte de egos mancillados por calumnias, carreras destruidas por verdades a medias y engaños repartidos como el pan de cada día, las repercusiones de comunicar de manera irresponsable son muchas, y al final los lectores y los sujetos de la noticia son los que pagan el precio.

Aquí debemos entrar los profesionales de la comunicación a poner un alto en el camino. Dar el tratamiento apropiado a la información y lograr discernir el interés público del morbo, es la labor esencial del Periodismo, y debe estar presente en cada ámbito de la comunicación humana.

El Periodista preparado, con conciencia social y mente inquisitiva jamás será destituido por una máquina, por Internet, o por lo que sea que se venga en el futuro.

Aunque desaparezcan los periódicos, revistas, programas de televisión y de radio, el Periodista logrará adaptarse a los nuevos patrones y formas de ejercer la comunicación. Sin embargo, aquel que viva en el mundo del libro de notas y el lapicero desaparecerá, indiscutiblemente.

Así como cambian la información y los medios de difusión, así debemos cambiar nosotros como profesionales. Al ritmo vertiginoso con que evoluciona la tecnología.

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